Éste se trata de un FANFIC de dos capítulos únicos de género YAOI (chico x chico) de la serie Durarara!! (デュラララ!!). Este es el 2ª Capítulo del contenido, para ver el primero capítulo tan sólo le tendréis que dar click en el título 1ª capítulo del índice. Sino te gusta esta temática o la serie te aconsejo que entonces no sigas leyendo, ¡Muchas gracias por leer y no olviden dejar un comentario para decir qué les ha parecido!
La pareja que sale en este capítulo es Shizaya (Shizuo x Izaya).
· · índice ··
1ª Capítulo: Una repentina probabilidad
2ª Capítulo: Un odio apasionado
-----------------------------------------------
No sabía desde cuando las cosas se habían vuelto así. Si lo
pensaba bien, ni si quiera había sido consciente del cambio. Bueno, sí,
recordaba ese día, ¿pero había sido a partir de ahí? No, todo eso era fruto del
tiempo. Su percepción no había cambiado de un día para otro, sino que poco a
poco se había ido dando cuenta…. De que no necesariamente si conseguía atrapar
a Izaya terminaría matándolo.
Cierto orgullo era herido cada vez que intentaba asimilar
tales hechos. Siempre se preguntaba lo mismo; ¿Por qué? ¿Por qué no lo hacía? Porque en el fondo lo deseaba con
todo su corazón; lo había deseado siempre. Matarlo, por supuesto.
No era usual en él, pero un día aceptó ir de copas con algunos
amigos. Terminó bastante borracho y casualmente se encontró a Izaya. Lo intentó
perseguir como siempre hacía pero el moreno debió ser consciente de su ebriedad
ya que en vez de fugarse tan rápido como siempre prefirió pavonearse de él
durante un buen rato.
Era una noche fría y bastante solitaria. No había apenas
nadie circulando por esas callejuelas sucias de la ciudad. Recordaba estar muy
enfadado porque Izaya estaba tan cerca de él pero aún así era incapaz de zafarlo.
Como la sanguijuela se reía porque era demasiado “pesado” en
comparación con él, seguramente debido a los calores del alcohol y las ideas
alocadas que el mareo le causaba, decidió quitarse gran parte de la ropa. Sino
recordaba mal, al menos consiguió dejarse los pantalones.
Entre unas cosas y otras inexplicablemente terminaron
teniendo sexo. Sino recordaba mal una de las principales razones al final fue
que Izaya seguía insistiendo en que era virgen; así que simplemente quiso
demostrarle que no.
No, no empezó él. O realmente no sabía bien del todo quién
empezó de los dos. Aún visualizaba en su mente el rostro de Izaya sonrojado y
sus manos tocándole, aprovechando su cuerpo tan ligero de ropa.
Reconfortaba algo que no hubiera sido el pasivo en la
situación. Aunque en el fondo sabía que ni eso podía tranquilizarle.
¿Ahora qué sucedía? Izaya sabía muy bien ahora a veces como
escaquearse; o directamente salvarse la vida.
-
Déjame… en paz…-farfulló con su grave voz.
Lo decía pero sin embargo las manos que agarraban a Izaya
temblaban ligeramente. El moreno le había aflojado la hebilla del cinturón y
bajándole el pantalón hasta las caderas había metido su descarada y pervertida
mano. Le dedicaba una de sus diablescas sonrisas tan llenas de maldad que tan
asquerosas le parecían mientras, con bastante experiencia para variar en él, le
acariciaba suavemente el miembro.
-
Un poco paradójico, Shizu-chan. Me quieres matar, pero
ahora estás pidiendo que yo te deje…Que curiosidades de la vida, ¿verdad?
Como siempre, mofándose. Como si dominara la situación
pasara lo que pasara. Prácticamente ya le estaba masturbando. Izaya no temió en
pegarse a su cuerpo, apoyando una mano en su hombro, le recorrió el cuello con
la lengua. En fin de cuentas, no lo asimilaba pero se estaba dejando.
-
Siempre que estamos en estas circunstancias el miedo
que siento hacia ti se desvanece.-le susurró en el oído con suavidad. Mordió el
lóbulo, tan fuerte que sabía que debía haberle hecho sangre y terminó
diciendo:- Me pregunto si de esta manera podría matarte.
Le apartó de un manotazo la cabeza, tan brusco que casi lo hizo
caer. No era cierto eso del todo. Al menos Izaya tampoco podía librarse del
dolor exactamente. Ni mucho menos Shizuo era cuidadoso con sus actos y el usaba
su usual violencia de la misma manera con él en el momento del coito. Incluso
más, porque en su interior seguía deseando lastimarlo. Al menos se consolaba
suficiente al ver que el cuerpo de Izaya podía parecer tan delicado como el de
una muñeca; empujones y sacudidas hacían que perdiera el equilibrio y se
lastimara con mucha facilidad. Aunque le cegaba el hecho de que lo más posible
fuera que el cuerpo de éste fuera normal, sólo que su fuerza superaba, como se
sabía muy bien, la lógica humana.
Sí, Izaya sabía que sus estocadas brutales en más de una ocasión casi le hacían
perder la consciencia por unos segundos. Ahora, si de verdad usara toda su
fuerza en lo cometido ya hacía tiempo que habría muerto entre sus brazos. No
sabía bien si el deleite lo hacía aflojar o precisamente aflojaba para seguir
con dicho placer.
Hubiera sido todo más fácil si se hubieran conseguido matar
mutuamente antes de llegar a esa altura.
¿Pero en esos instantes por qué la mente conseguía
nublárseles y lo único que conseguían razonar eran acrecentar esa pasión por el
otro que parecía tan inexistente pero que al friccionarse se volvía tan vívida?
Era ineludible reconocerlo. Al igual que el odio que siempre
preexistiría pasara lo que pasara.
-
Un día conseguirás romperme en dos, Shizu-chan.-gimió Izaya
con una mezcla entre aflicción y satisfacción cuando le sacudió el cuerpo con
esa fiereza. Cogiéndole de los brazos lo hizo sentarse encima suya.
Ah, no sabía ni cómo narices podían terminar ambos en la
cama del otro. En ese instante era Izaya quién estaba desnudo sobre su cama,
pero reconocía que a veces había sido él quién había terminado en la suya.
El moreno rodeó el cuello con sus brazos aprovechando la
posición y sus ojos se clavaron en los suyos por un rato. Shizuo no pudo evitar
apartar la mirada y sonrojarse.
¿Dónde escondía sus
sentimientos este hombre si es que en realidad los tenía? Siempre lo miraba. Le
gustaba mucho hacerlo en los mayores momentos de éxtasis, como si quisiera ver
dibujada la vergüenza en su rostro. Después de su reacción siempre soltaba
alguna que otra tonta carcajada.
-
eres tan atractivo, Shizi. Sin las gafas me pones aún
más.-le confesó como si nada mientras se repasaba los labios con la lengua
lujuriosamente. Sólo a él le gustaba decir esas descaradas frases. Era bastante
obvio el hecho de que las decía sólo para molestarle.
O eso podía acomplejarse. No
tenía por qué haber una sola causa detrás de las verdades y hechos; sino que
más bien podría haber infinitos motivos. ¿Por qué no aceptar que eran sinceras
palabras que más bien la causa del atrevimiento a ser dichas, y no su
invención, era la reacción del rubio?
“Sí, más bien es así” aceptaba Izaya mordiéndose el labio con las
comisuras curvadas queriendo armar su habitual astuta sonrisa que de algún modo no conseguía evitar que
manifestara goce. Como el de Shizuo; los gestos sonrojados de ambos, curvando
las cejas y armando un aspecto tan, tan débil. Realmente, podrían morir en
cualquier momento así si alguno de los dos sacara un arma o directamente Shizuo
intentara aporrearlo.
No se descartaba la
posibilidad nunca. Nunca, a pesar de que la estúpida y alocada “infracción” la
cometían una y otra vez.
Después de los gemidos y de
llegar al éxtasis volvían a la realidad; como si hubiera sido un momento de
descanso. Al menos para Shizuo; puesto que para Izaya todo seguía formando
parte del mismo juego.
Porque mientras que Shizuo
no lo admitía nunca; a Izaya le gustaba recapitularlo sólo para jactarse de él.
En algún momento de su infancia, Izaya perdió la timidez o más bien la modestia
junto a la decencia. Admitir que tenía sexo con un hombre, que además odiaba
con todo su corazón, no parecía ser ningún impedimento para él.
Claro que no, porque cuando
lo decía era como si hubiera sido todo una burla. Como si Shizuo hubiera caído
en sus garras y fuera un pobre seducido por su encanto. Sí, ese rubio cascarrabias que
según decía quería matarle gracias a él tenía los mejores
orgasmos de su existencia. Por lo que, él quedaba como un simple patético. Un
estúpido encandilado por su belleza perfecta y esplendida (¿acaso no podía ser
algo menos egocéntrico?).
Ah, pero esas palabras se
las hacía pagar bien cuando en realidad terminaban de esa manera porque era
Izaya quien la mayoría de ocasiones lo buscaba (podría jurar que siempre era él el necesitado, pero
tampoco quería pecar de iluso).
-
Quién es el idiota seducido, eh…-gruñía Shizuo
intentando aguantar el cigarro de su boca al mismo tiempo que desgarraba
prácticamente la ropa de Izaya que, de nuevo, estaba entre sus brazos.-¿Quién es,
eh, hijo de puta?
Bueno, la venganza era una
de las excusas perfectas para él. De esa manera acosarlo parecía mucho más fácil. Le mordía el cuello, le dejaba marcas por
todo el cuerpo, le tomaba de la postura que quería y lo usaba cuantas veces le apeteciera.
Sin embargo, por mucho
esfuerzo que le pusiera en que Izaya perdiera el juicio, él seguía poniendo esa cara de placer. Seguía
nombrándolo en sus gemidos.
De nuevo, clavándole esa
mirada placentera.
“No me mires así, cabrón.” Pensó oprimiendo los labios y conteniendo
el apartar la mirada. Sabía que esa reacción le agradaba demasiado a Izaya
(debía ser esa la razón por qué lo hacía seguramente).
Notó un bombeo en su pecho más fuerte de lo normal. Sin embargo era fácil
disimularlo en esas situaciones; los latidos de su corazón ya sonaban
acelerados. Agarrando los muslos de Izaya, continuó moviendo la pelvis
fieramente. Exhalaba suspiros del esfuerzo; el sudor impregnaba sus cuerpos
desnudos e Izaya seguía sonriendo con ese gesto de deleite en sus facciones.
“No me mires así, no me mires así”
Inconscientemente se lo
estaba repitiendo una y otra vez. Cerró los ojos con intención de concentrarse
más y flexionó más el torso apoyando los brazos en el colchón.
-
Shizu-chan…
Otra vez con esos gemidos de
mierda que tanto lo excitaban aunque jamás en su vida lo fuera a admitir.
Abrió los ojos que dejó
entrecerrados. Ahora la mirada penetrante de Izaya estaba más cerca; mucho más
cerca de lo que habría imaginado. Ambos gemían mientras el rubio seguía
moviéndose y éste a su compás.
Podía notar la respiración entrecortada de
Izaya acariciándole la piel. Sus comisuras se habían arqueado aún más;
esbozando una sonrisa aún más amplia.
-
Qué coñ...
“¿Qué coño estás pensando?”
No, pero eso no pudo
decirlo; porque los labios de Izaya habían presionado los suyos. Ahora con
suavidad los abría para introducir su lengua que no tardó en retorcer con la
suya.
Por unos segundos su mente
se puso en blanco, volviendo a cerrar los ojos dejó llevarse por el beso y sin
darse cuenta aceleró el movimiento y ambos llegaron al éxtasis.
Un beso. Porque nunca se
habían besado ni lo habían visto necesario. ¿Para qué? Si había una palabra
para describir lo que hacían era “desahogarse”. Desahogarse sexualmente
no implicaba, para que mentir, más que de cintura para abajo.
Pero Izaya le había besado.
Lo había hecho; y a partir de esa vez, instintivamente Shizuo buscaba sus
labios.
Me gusta! Supo como redactar algo tan bello sin que ninguno de los personajes perdiera su personalidad. Ame eso. Y más amaría que hiciera un tercer capitulo.
ResponderEliminarOH PRO DIOS! AMO TU FORMA DE ESCRIBIR :D tienes mas fics? nwn
ResponderEliminarajsdajsdjajsdj me encantooooo!!!!
ResponderEliminarajdjajsdjajsdjajsdajsdjasjdj as más fanfics de ellos te quedo geniall~!!!!!!
^^ genialll!!!!!